Ya dije en su día que tenía que hacer una versión del bizcocho de naranja, y aquí está
Como quedó tan fantásticamente, quería ver si su versión en limón quedaba igual de bien, estaba casi segura que así sería, pero como todo en esta vida es cuestión de probar, y es que la receta anima a estas pruebas al ser tan rápida y tan limpia, no te da pereza alguna probar y probar versiones con todas las locuras que se te ocurran.
Y debe ser por mi afición a buscar la historia de las recetas y los beneficios de los ingredientes, que el otro día google me “presentó” ESTE enlace sobre la historia del bizcocho, y por supuesto no pude por menos que leerlo porque me moría de curiosidad, y una cosa lleva a la otra y enseguida mi mente rebotó en que tenía uno pendiente y me puse manos a la masa.
La palabra bizcocho: ”bis coctus” significa cocido dos veces. Este alimento se lo cocinaba dos veces, para secarlo bien y poder conservarlo por mas tiempo; así podía ser utilizado como alimento para navegantes y soldados.
El bizcocho es una receta que se ha mantenido a lo largo de muchísimos años, sus primeros registros se observan en la tumba de Ramsés III en Tebas, del siglo X antes de Cristo.
A lo largo de la historia se puede observar como se mantienen las recetas básicas de bizcochos, y a la vez, como van evolucionando. Hay recetas que pasan de generación en generación y son todo un mito, y hay otras recetas extremadamente creativas y vanguardistas.
El bizcocho permite una creación permanente para los amantes pasteleros y los cocineros amateurs que les gusta crear y probar sabores nuevos. También permite una reconversión constante en los gustos y modas de las sociedades antiguas y las actuales.
La historia nos ha legado muchísimas recetas, muchas veces ligadas a algún evento o lugar. No hay ciudad o pueblo que carezca de su bizcocho típico. Sin salir de España y sin pensar mucho, recordamos toda clase de bizcochos: bizcochuelos, bizcotelas y bizcochadas: mantecadas, “sobaos”, bizcochos borrachos, colineta, maimón, rellenos de Bergara, soletillas, mojicones… Hay bizcochos que son ya patrimonio de la cocina de Occidente como las magdalenas, el bizcocho enrollado (brazo de gitano), el plum cake, o el clásico “cuatro cuartos” (4 huevos + su mismo peso de azúcar, mantequilla y harina), fórmula difundida en toda Europa y que fue llevada hasta Japón por los misioneros españoles en el siglo XVII.
Se pueden distinguir dos grupos fundamentales: los bizcochos para tomar solos y los bizcochos para rellenar, emborrachar o formar tartas, que son más ligeros. De estos últimos, el más extendido es el bizcocho de genovesa (génoise en francés), que es el que se utiliza para hacer tartas de pisos.
Los ingredientes de los bizcochos básicos son la harina, los huevos, el azúcar y la ralladura de cítricos. Con el transcurso del tiempo, se han ido incorporando ingredientes como el cacao, los frutos secos, yogurt, chocolate, esencias de diferentes sabores, mantequilla, levadura, distintos tipos de harinas, frutas frescas, dulces, nata, aromas… y así podemos continuar mencionando infinidad de ingredientes, que se pueden utilizar.
Y por poco me caigo muerta cuando se enlazaba con ésta noticia: Un bizcocho de frutas, elaborado hace 106 años por Huntley & Palmers, un fabricante británico de galletas que sigue operando, ha sido descubierto en su envoltorio original y en el interior de una caja metálica deteriorada, en una cabaña histórica del cabo Adare, en el norte de la Antártida. El bizcocho probablemente fue llevado a este lugar remoto y helado de la Antártida por la Expedición Terra Nova (1910-1913), liderada por Robert Falcon Scott. Está documentado que Scott transportó pasteles de esa marca partícular, según explicó ayer la Fundación del Patrimonio de la Antártida en un comunicado.
“Había un olor rancio a mantequilla muy, muy leve, pero aparte de eso, ¡el bizcocho parecía comestible por su aspecto y por su olor! No cabe duda de que el frío extremo de la Antártida ha contribuido en su preservación”, dice Lizzie Meek, quien se encarga de los artefactos de la Fundación del Patrimonio de la Antártida. El bizcocho forma parte de 1.500 objetos que dicha fundación ha recuperado de dos cabañas del cabo Adare, erigidas por la expedición del pionero explorador anglo-noruego Carsten Borchgrevink en 1899 y posteriormente utilizadas por el equipo del capitán Scott en 1911. “Encontrar semejante bizcocho de frutas tan perfectamente conservado fue una sorpresa. Es un alimento ideal de alto valor energético para las condiciones antárticas y todavía sigue siendo consumido por las expediciones modernas que viajan a lugares helados”, afirma Meek.
Así que estaba claro que en estos tiempos que la alimentación saludable está muy de moda, uno de los primeros dulces que se versionarían serían los bizcochos.
Y he de decir que, para mi, es uno de los mas logrados: con respecto a sabor, textura y durabilidad, y en especial estoy enamorada de ESTE de naranja que ya os enseñé, por eso he querido utilizar ésta receta para hacer su versión limonera, que para estos calores que ya empiezan a entrar me parece un sabor mas apetecible que cualquiera
Bizcocho de limón fácil, rápido y delicioso que no te dará ninguna pereza preparar y te compensará de lejos Es IMPORTANTE que todos los ingredientes estén a la misma temperatura. Precalentar el horno a 200 grados. Solo hay que mezclar todos los ingredientes juntos en el vaso de la batidora e integrar bien. Después, añadir al molde impregnado con spray de fácil desmoldado la masa y meter al horno, unos 20-30 min siempre vigilando!!. Si separas las claras de las yemas de los huevos, las montas a punto de nieve y las añades al final, te quedará mas esponjoso.
Como podéis ver en las fotos, yo le he puesto una capa de chocolate blanco por encima a modo de frosting. Creo que el sabor que mas pega con el bizcocho de naranja es el chocolate negro, pero con éste de limón considero que el chocolate se llevaría todo el protagonismo y por eso he utilizado chocolate blanco sin azúcar añadido. Ya sabéis que no es para nada obligatorio.
Por otro lado véis que hay mucha fruta a su al rededor, y es que según lo estaba haciendo, se me ocurrió que echarle algún fruto a la masa sería otra variante muy factible y deliciosa, yo soy gran fan de la combinación de limón + arándano, pero creo que con frambuesa también queda de lujo. Al final no me atrevía, no por nada, si no porque quería ver como quedaba el bizcocho base y luego ya probaría todas las locuras que se me ocurrieran en futuras ocasiones.
Lo que descubrí con su versión de naranja y que ahora hago siempre es lo de poner la cantidad de avena mitad en copos y mitad en harina, de verdad que le da un toque esponjoso y jugoso como ninguno. Como era de esperar, un resultado paravilloso, tanto de sabor como de textura y he quedado encantada. Así que me vuelvo a ha dejar otra versión pendiente y es añadir la próxima vez algo a la masa: chocolate, fruta, frutos secos... Ya veremos que se me ocurre!!!!!!!!!. Yo he dividido el molde en 8 raciones y cada una contaría con unas 175 Kcal.Bizcocho de limón
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Instructions
Nutrition
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