Restaurantes

Crucina

18 noviembre, 2020
Portada Crucina

Cuando vi por la red con éste restaurante me llamó la atención de inmediato su concepto “Crucina es un restaurante crudivegano o de ‘cocina sin fogones’ o ‘cocina con vida’. Es una contracción de ‘crudo’ y ‘cocina’, entendiendo crudo como ‘sin fuego’, es decir, sin calor por encima de los 41º para preservar todos los fitonutrientes de verduras, frutas, semillas, legumbres germinadas, algas y demás ingredientes de sus platos. Presentan platos sin colesterol, azúcar procesada de ningún tipo, gluten, huevos ni lácteos, preparados artesanalmente con técnicas innovadoras e inspirados en ocasiones en especialidades clásicas europeas como el tiramisú, la lasaña o la moussaka griega”.

Es uno de los restaurantes que se han visto muy afectados por el tema del coronavirus, ya que sus proveedores son muy específicos, lo primero porque el material que aportan no es nada típico, y lo segundo, porque es de una calidad extrema, y muchos de ellos tienen retrasos en las entregas e incluso, algunos de ellos, han tenido que cerrar. Su propietario no quiere precipitarse y elegir otro proveedor sin tener en cuenta ese estándar de calidad que él exige, así que su carta se ve afectada bastante por la situación.

Poco mas que se podría decir que no hay carta, tú cuando llegas el chef te da unas cuantas opciones y de ahí tu eliges. Hace la compra en el día para los servicios inmediatos. Cuando se termina el día aquí no hay tuppers ni sobras, en la cocina, al día siguiente, todo entra nuevo y fresco… Por eso se ajusta tanto platos y cantidad.

Siento que las fotos sean tan de mala calidad pero es que la luz no daba mucho mas margen, espero que podáis haceros una idea de todo. Y por último deciros que tiene mucho que ver con la dieta paleo, ya que es una cocina bajísima en carbohidratos.

De primero tomé una sopa de pera y pepino que estaba realmente espectacular, hecha en el momento, y con una textura y una mezcla de sabores alucinantes. Luego me tomé su famosa musaka (capas crujientes de una especie de doritos) relleno con tartar de tomate, frutos secos y aguacate, y con una bechamel de macadamia templada por encima. Luego tomé los doritos con tartar de aguacate, y lo curioso es como se hacen los doritos de maiz y lino, deshidratándolos, nada de horneados. Y por último, aunque no lo tenía previsto, le dije que a mi no me podía dejar sin postre. Así que me preparó una mousse de limón endulzada con dátiles y monk fruit que estaba de rechupete, tanto de sabor como de textura. (ésto último me lo tuve que llevar en un tupper ya que en Madrid estábamos en restricciones y teníamos que abandonar el local a las 22:00, con lo que no me daba tiempo a degustarlo allí, por eso las fotos también son distintas).

Deseando volver para probar sus albóndigas y su tiramisú… Esperemos poder hacerlo en breve.

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